HOMENAJE A JORGE LUIS BORGES
1899 - 1986
De todas las ciudades del mundo, de todas las patrias íntimas
que un hombre trata de merecer durante sus viajes, Ginebra me
parece la más propicia a la felicidad. A ella le debo el haber
descubierto, desde 1914, el francés, el latín, el alemàn, el expresionismo,
Schopenhauer, la doctrina de Buda, el Taoísmo, Conrad, Lafcadio
Hearn y la nostalgia de Buenos Aires. Tambien el amor, la amistad,
la humilliación y la tentación del suicidio. En el recuerdo todo
es agradable, aún las pruebas. Éstas son razones personales, pero
puedo dar una de orden general. A la diferencia de otras ciudades,
Ginebra no tiene énfasis. París no ignora que ella es Paris. Londres
la conveniente sabe que ella es Londres. Pero Ginebra apenas sa
da cuenta de que ella es Ginebra. Las grandes sombras de Calvino,
Rousseau, Amiel et Ferdinand Hodler estàn aquí, pero nadie los
menciona al viajero. Ginebra, un poco como el Japón, se renovó
sin perder su pasado.
JORGE LUIS BORGES
(Atlas)
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